ILEGALES

Un respiro para Ventanas y sus alrededores ha significado el hecho de que el poder judicial no se sumara a la virtual alianza entre Corema, municipio y Gener para la construcción de una nueva termoeléctrica y aunque no sepamos de qué manera torcida el estado tratará de salvar los intereses de la empresa privada, saludamos este logro del pueblo.

Andrés Padilla/ventananoticias
El histórico fallo de la Corte Suprema que este lunes cuestionó a la corema por autorizar ilegalmente la construcción de una nueva termoeléctrica en Ventanas, viene a confirmar la conjugación de una serie de actuaciones que no se ajustaron a la normativa vigente, redundando en la vulneración de los derechos constitucionales de los ciudadanos en lo referente al derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación.

En primer lugar, el Alcalde de Puchuncaví, Agustín Valencia y su director de obras Levi Olivares que autorizaron –en virtud a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones- a Gener “la ubicación de instalaciones para la construcción de infraestructura eléctrica en el área…” a condición de ejecutar defensas fluviales en la ribera del estero Campiche. Según consta en el fallo “la autoridad local sólo atendió a que hubieren sido subsanados los motivos de seguridad …y dadas las características de las obras a ejecutar –una central termoeléctrica- en una zona ZR-2, se requería el cambio de uso del suelo a través de la modificación del Plan Regulador, no resultando suficiente la autorización contenida en la Resolución N° 112… la cual se dictó en contravención al Plan Intercomunal de Valparaíso en cuanto destinó dicha zona a áreas verdes y recreacionales, y por consiguiente, es ilegal…” reafirmando la incompetencia de la Resolución 112 en la modificación de los usos de suelo.
En segundo lugar, la corema regional, por haber calificado favorablemente la construcción de una nueva termoeléctrica basándose en una resolución ilegal y en una zona saturada por anhídrido sulfuroso y material particulado respirable como lo es Ventanas desde 1993.

En tercer lugar, la misma empresa que atendiendo a su sed de utilidades desplegó en la comunidad sus estrategias para minar la resistencia a sus proyectos contaminantes. Una serie de obras -siempre aplaudidas por nuestros concejales y alcalde- han intentado cooptar a la población con migajas que no guardan ningún tipo de equilibrio con el daño a la salud que producirán sus turbinas a carbón y petcoke. Algunas de ellas son: Botes de paseo, vivero, paseo los quitasoles, contratación de pescadores cesantes a raíz de la misma contaminación de la bahía, para realizar labores de limpieza en el estero.
Como siempre, una organización surgida de la ciudadanía lideró las acciones que desembocaron en este fallo. Por ello, el Consejo Ecológico de las comunas de Puchuncaví y Quintero merece un reconocimiento por su trabajo serio y responsable y aunque no sepamos de qué manera torcida el estado tratará de salvar los intereses de la empresa privada, saludamos este logro del pueblo, que muchos vimos -y dada la incertidumbre- seguimos viendo con escepticismo.