domingo, diciembre 28, 2008

EXONERADO POR LA DICTADURA; POSTERGADO POR LA DEMOCRACIA

Hace más de 40 años que Don Leonidas vive en la Población La Greda. Hoy, a sus 74 años espera recibir del estado una indemnización de exonerado político que le ha sido esquiva por un asunto burocrático: le exigen un finiquito que no posee, pese a haber demostrado con creces que trabajó en la Empresa Ovalle Moore hasta el 11 de Septiembre de 1973. Don Leonidas no pierde la esperanza y aunque ha deambulado por organismos, notarías y despachos piensa entrevistarse con el senador Nelson Ávila porque sabe que hay muchos ex trabajadores en su misma situación.
Corría el año 1971 y Leonidas Armando Trujillo Celis ingresaba a la firma Ovalle Moore a trabajar como Ayudante de Soldador en el Terminal marítimo de ENAP Quintero. Desde 1965 militaba en el Partido Comunista de Chile y era por lo tanto un ferviente partidario del gobierno de Salvador Allende. La mañana del 11 de Septiembre de 1973 se dirigía a su trabajo junto a varios compañeros, pero en el puente de La Greda una patrulla de la Aviación los detuvo y les ordenó volver a sus casas.
“Al día siguiente, me presenté al trabajo, donde fue despedido sin previo aviso, ya que yo pertenecía al Partido Comunista, pienso por ser contrario al régimen de esa época y además porque pertenecía al Sindicato de Montaje Industrial de la Comisión Revisora de Cuentas, todos estos antecedentes motivaron mi exoneración”.
No le dieron finiquito y él nunca lo exigió, hasta ahora. Para recibir una indemnización del estado como exonerado político se hace imprescindible ese papel. “Me despidieron del trabajo pero no me dieron finiquito, no tuve ningún problema eso sí, eso me ha imposibilitado de poder recibir una indemnización que le dan a los exonerados. Primero le daban a los que trabajaron en empresas públicas y después le dieron a los de las privadas. Yo hice la solicitud pero me rechazan por no tener finiquito”.
Aquí comienza su peregrinación por organismos, notarías y despachos
Ni siquiera las declaraciones juradas de testigos, compañeros de trabajo le han servido. El caso no avanza, aunque registra pensión de ex seguro social, documento extendido por el INP, “pero resulta que no aparece el nombre de la empresa”.
He ido a la Inspección del Trabajo en Santiago; fui a la empresa donde trabajaba, no hay ningún documento que acredite, la empresa cambió de razón social. Incluso fui al Sindicato de Montaje Industrial al cual pertenecía como socio fundador.

Simulacro de fusilamiento
Un hecho sin duda difícil de olvidar fue el que vivió varios días después de haber sido despedido, cuando comenzaba en Chile una dura represión por parte de las FFAA y organismo de seguridad contra los partidos de izquierda, persecución que para muchos terminó en la detención, tortura, exilio, ejecución o desaparición.
Delatado por una señora, el día 25 de Septiembre de 1973 es sacado de su casa y sometido a un cruel simulacro de fusilamiento. Sin embargo, no negó su militancia ni resistió a la detención “incluso me acuerdo el nombre del teniente que estaba a cargo, el teniente Canales, no me pegaron ni nada, me preguntaron, allanaron mi casa y no encontraron nada tuve que ir a firmar a la base de Quintero varios días y después no fui más…yo no declaré esa detención en el informe que di como exonerado, porque hay gente que nunca estuvo detenida y está recibiendo pensiones y entiendo que esto puede ser considerado una detención”.
Acerca de sus ideales políticos no duda en afirmar “Hasta el día de hoy soy un militante del Partido Comunista y con orgullo, nunca me voy a defraudar, tengo que morir con las botas puestas”.

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