COMUNIDAD, DESARROLLO Y EMPRESA
“Hay un sólo tipo de responsabilidad social de la empresa: usar sus recursos e involucrarse en actividades que aumenten sus utilidades” Milton Friedman.
“Estamos tratando de ver las urgencias de las distintas localidades en el mismo terreno, de manera tal de mantener un diálogo fluido con los vecinos y que ellos sean los primeros actores de su desarrollo” ha señalado el Alcalde Valencia en Los Maitenes.
Sería interesante tener una posición clara de su parte respecto de dos sucesos que sin duda afectarán el desarrollo y la calidad de vida de sus habitantes: La instalación de varias antenas de telefonía celular en Chocota y sin duda lo más preocupante, el proyecto de quema de petcoke de Aes Gener.
Porque sin duda el desarrollo de los vecinos no solo tiene que ver con la pavimentación de calles. El desarrollo es un proceso integral que incluye entre otras áreas, la salud de las personas, la cultura y la educación y si la comunidad está desinformada difícilmente podrá ser protagonista de su desarrollo como el Alcalde dice querer.
El municipio no puede anteponer los intereses de grandes empresas a la salud de la población; ni siquiera ante la existencia de convenios de cooperación entre ambos estamentos.
Si se hace un somero análisis de la situación social de Puchuncaví se llegará a la conclusión de que hay hechos urgentes e indesmentibles, casi vergonzosos, como la falta de agua potable -en pleno siglo XXI- de vastos sectores de la población.
No nos cansamos de repetir que el establecimiento y posterior crecimiento del sector industrial no ha repercutido favorablemente en la economía de los habitantes de Ventanas, La Greda y sus alrededores como se refleja en los resultados de la encuesta CASEN 1998 de MIDEPLAN en el que se señala que el nivel de ingresos medios de los hogares de Quintero y Puchuncaví son los más bajos de toda la provincia de Valparaíso, siendo Puchuncaví la comuna con los ingresos familiares más bajos de toda la región.
Esto para sopesar el real aporte de las empresas al desarrollo y echar por tierra el mito de la creación de empleos. A este respecto debe hacerse un análisis serio y priorizar, a lo menos, la salud de las futuras generaciones.
“Estamos tratando de ver las urgencias de las distintas localidades en el mismo terreno, de manera tal de mantener un diálogo fluido con los vecinos y que ellos sean los primeros actores de su desarrollo” ha señalado el Alcalde Valencia en Los Maitenes.
Sería interesante tener una posición clara de su parte respecto de dos sucesos que sin duda afectarán el desarrollo y la calidad de vida de sus habitantes: La instalación de varias antenas de telefonía celular en Chocota y sin duda lo más preocupante, el proyecto de quema de petcoke de Aes Gener.
Porque sin duda el desarrollo de los vecinos no solo tiene que ver con la pavimentación de calles. El desarrollo es un proceso integral que incluye entre otras áreas, la salud de las personas, la cultura y la educación y si la comunidad está desinformada difícilmente podrá ser protagonista de su desarrollo como el Alcalde dice querer.
El municipio no puede anteponer los intereses de grandes empresas a la salud de la población; ni siquiera ante la existencia de convenios de cooperación entre ambos estamentos.
Si se hace un somero análisis de la situación social de Puchuncaví se llegará a la conclusión de que hay hechos urgentes e indesmentibles, casi vergonzosos, como la falta de agua potable -en pleno siglo XXI- de vastos sectores de la población.
No nos cansamos de repetir que el establecimiento y posterior crecimiento del sector industrial no ha repercutido favorablemente en la economía de los habitantes de Ventanas, La Greda y sus alrededores como se refleja en los resultados de la encuesta CASEN 1998 de MIDEPLAN en el que se señala que el nivel de ingresos medios de los hogares de Quintero y Puchuncaví son los más bajos de toda la provincia de Valparaíso, siendo Puchuncaví la comuna con los ingresos familiares más bajos de toda la región.
Esto para sopesar el real aporte de las empresas al desarrollo y echar por tierra el mito de la creación de empleos. A este respecto debe hacerse un análisis serio y priorizar, a lo menos, la salud de las futuras generaciones.
Queremos trabajo, pero no queremos contaminación.
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